Todo comunica. Es una máxima con la que de aquí al 2 de diciembre, día de las elecciones andaluzas, trabajan más que nunca los candidatos a presidir la Junta de Andalucía, sus asesores políticos, sus jefes de campaña y hasta los publicistas que han diseñado los carteles electorales.

En el Sur, las calles se han teñido (en mayor o menor medida) del verde y blanco de la bandera ( presente en todos los carteles) junto con la figura (única o en compañía) del político que anhela presidir esta Comunidad durante los próximos 4 años.

¿Qué lectura (no verbal) podemos extraer de los diferentes carteles electorales?,¿qué emociones nos transmiten y que intencionalidad persiguen?

El PSOE andaluz quiere dejar claro que todo gira entorno a la figura de su candidata. Una Susana Díaz (  “Susana” es suficiente)  sonriente pero excesivamente forzada en su expresión facial. De hecho, no transmite una alegría auténtica sino más bien una sonrisa social, posada. Y no será porque no hay fotografías de la líder andaluza en las que muestre como realmente los músculos de los ojos se le achican..

Su postura por el contrario es firme. Cruza los brazos mostrando las manos con sus uñas rojas, como el carmín de sus labios, la cazadora de piel y hasta su nombre impreso en el cartel. Rojo PSOE y verde Andalucía. Los dos colores, junto con el blanco, que protagonizan el cartel electoral. Eso sí, más verde que rojo (Andalucía, primero).

El Partido Popular también centra la atención en la imagen de su líder, Juan Manuel Moreno Bonilla. Si en 2005 el fondo estaba teñido de tonalidades verdes y azules y aparecía en plano medio y con chaqueta, en esta ocasión ha abandonado la americana. Aunque el primer plano resulta un tanto invasivo y la asimetría facial que expresa tampoco resulta convincente (su sonrisa era más creíble en el cartel de 2005), posar en mangas de camisa lo hace más cercano. Curioso que el tamaño de la tipografía del slogan se empequeñece al nombrarlo (la garantía del cambio es el PP, lidere quién lidere?).

Ciudadanos, juega también con el color de su partido,el naranja, y una franja verde (el guiño a la bandera). El candidato, Juan Marín comparte cartel no solo con el presidente de ciudadanos, Albert Rivera sino también con Inés Arrimadas que posa su mano sobre el brazo de Marín (las máximas figuras del partido arropando al candidato, en señal de apoyo ) y detrás simpatizantes. Su sonrisa en este caso sí es auténtica pero “choca” su corporalidad. Da la espalda a Arrimadas (por mucho que ésta trata de establecer cercanía y vínculo afectivo) y pega su cuerpo al de Rivera (buscando la complicidad con el jefe).

 

 

Adelante Andalucía presenta  a sus dos figuras, Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez, en un plano de “iguales”, lo que hace que no se distinga quien es la cabeza de lista y quien opta a la vicepresidencia. Todos, incluidos los ciudadanos desenfocados del fondo, de un blanco inmaculado que si bien en comunicación no verbal es un color relacionado con transparencia, pureza y claridad contrasta con la gama cromática a la que nos tiene acostumbrados Rodríguez, cuya apariencia es más desenfadada de lo que se muestra en la fotografía. Viendo el cartel electoral lo importante es la coalición (es lo que más destaca: Adelante Andalucía), por encima de los candidatos (por cierto, el contacto entre ambos denota entendimiento).

 

 

 

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